Ekkita's Blog

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miércoles, 26 de septiembre de 2012

Por el Camino Adelante


Titulo: Por el Camino Adelante


Autor: Joaquín Dicenta Benedicto

En la hora agonizante,
de un crepúsculo violeta,
va marchando una carreta
por el camino adelante.
Cruza un pájaro agorero
sobre los campos silentes
y una canción, entre dientes,
va entonando el carretero.




En sus nidales de esparto
se ponen las aves presas
y en la hora agonizante,
relucen como turquesas
los ojos de los lagartos.
Tras la carreta una moza,
marcha mientras que solloza,
por el camino adelante.

Déjame subir al carro, carretero.
Déjame subir al carro que me muero.
Mira que voy muy cansada,
que hace mucho que camino,
mira que marcho sin tino,
desde que fue la alborada,
he recorrido senderos,
he echado por el atajo,
monte arriba, monte abajo,
sin pedir a los cabreros,
un descanso en los apriscos,
sin implorar con mis quejas,
la leche de sus ovejas
hiriéndome entre los riscos,
bebiendo en las cristalinas,
aguas de los manantiales,
me han clavado los zarzales
sus espinas, sus espinas.


Al pasar por los confines
de los aperos cercanos,
sus colmillos en mis manos
han clavado los mastines,
y he seguido sollozante
y he caminado sin tino
por el mojado camino,
por el camino adelante;
toda cubierta de barro
de mis fuerzas desespero.
¡Déjame subir al carro,
carretero!
En busca voy de un zagal,
que en una noche pasada
se detuvo en la posada
por mi mal.
Amarme siempre juró
y yo creí su juramento,
mas ¡ay! se lo llevó el viento
y sin vida me dejó.
Dijo que si no le amaba
se moriría de pena,
que era yo como cadena
que su alma encadenaba,
y que su amor era tal
que fuera un crimen no amarle,
que el desprecio iba a matarle.
¡Y era tan lindo el zagal!
Mas ¡ay de mí! que él se fue
y yo quedé encadenada,
que lloro desamada
después que tanto le amé;
que él se marchó sin dolor
y a mí me pinchan dolores.
¡Él se llevó mis amores,

y yo me muero de amor!

Carretero, oye mis quejas,
caigo en tierra y me levanto,
pronto no podré hacer tanto,
si en el camino me dejas.
Carretero de Avilés,
me han herido los zarzales,
los mastines y riscales,
llevo sangrando los pies.

Toda manchada de barro,
de mis fuerzas nada espero.
Déjame subir al carro, carretero,
que me muero.
Cae la moza, se levanta,
y otra vez vuelve a caer,
empieza el cielo a llover
mientras la noche adelanta,
la moza grita y se inquieta,
el carretero no escucha,
porque ya entre el barro lucha
y esta lejos la carreta.

Cae la moza sollozante,
sin poderse levantar,
va el carro en su caminar
por el camino adelante.
Y la moza en el sendero
llora caída en el barro.
Déjame subir al carro, carretero.
Déjame subir al carro,
que me muero.

dedicado a mi abuela (q estuvo de cumpleaños) unos de los tantos poemas q recitaba 

sábado, 2 de junio de 2012

El Plumero

este es un poema creado por mi abuela, ella (antes de q se enfermara) tenia una gran creatividad, y una sorprendente memoria, (de hecho los poemas q he escrito son los q ella se aprendía y recitaba)

Titulo: El Plumero


Autor: Lucy Yañez




Una tarde que yo estaba
sacudiendo la salita,
divisé en una esquina
que tejía una arañita,
me acerque muy cautelosa,
con el palo del plumero
quise dejarla en el suelo
con tal fuerza yo le dí,
que por el aire voló
el palo de mi plumero
que con el golpe se quebró.

Antes que llegue mamita,
una cosa voy a hacer
plantar tal vez el plumero
por si llega a florecer.

Todas las noches lo riego,
para ver que pasa y luego
veo que su palo crece
mas de pronto me parece
que le salieran ramitas,
y que en todas las puntitas.
le florecieran plumitas
mas luego que me despierto
lo miro con desespero
que, ni por mas que lo riego
no florece este plumero.

viernes, 25 de mayo de 2012

El Violín de Yanko (poema)


El violín de Yanko

Poema de M. R. Blanco Belmonte


Madre la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,
y canta y juega el viento en el camino,
y en el rubio trigal las amapolas,
y en el cauce el arrollo cristalino,
y los troncos, los tallos, las corolas,
la tierra, el cielo azul, la mar gigante
y las hierbas que bordan el barranco.
Madre, es una canción dulce y vibrante,
que a Yanko llega y que comprende Yanko.

Era Yanko un chicuelo,
más rubio y sonrosado que la aurora,
con los ojos tan puros como el cielo
y el alma cual de artista soñadora.
La música del campo lo atraía...,
adivinaba un himno en los rumores,
que el viento recogía
al besar los arbustos y las flores,
y en el gorjeo matinal del ave,
y en el silencio de la noche grave
y en cáliz gentil de la violeta,
hallaba una canción tierna y sin nombre,
la canción sacrosanta del poeta
que apenas puede comprender el hombre.

Siempre que del mesón en la cocina
brotaban los armónicos raudales
de un violín cuya nota cristalina
es dulce cual la miel de los panales,
él escuchaba con sublime encanto
esa canción de arrullador cariño,
y con los ojos húmedos de llanto,
"quién tuviera un violín ", pensaba el niño.

La voluntad emperatriz altiva,
prestó a Yanko inventiva
para hacer un violín débil, crujiente,
cual hecho de un caballo con las crines
y con ramas de verdes limoneros;
violín tan semejante a los violines
como un trozo de vidrio a los luceros…
Mas, ¡ay!, en tal violín fue el llanto queja,
y fue la queja destemplado grito:
¡Cual ruiseñor no gime la corneja
ni anida la endecha seductora
en un violín que llora cuando canta,
en un violín que chilla cuando llora!

Una noche estival toda fulgores,
al entreabrir sus párpados el cielo,
y al entornar sus cálices las flores,
arriesgóse el chicuelo
a entrar en la cocina,
y a impulsos de sus ansias ideales
tomó el rico violín de voz perlina
y le arrancó torrentes musicales.
Los peones: "al ladrón", despavoridos
gritaron, despertándose del sueño
y sordos a los ruegos y gemidos,
feroces maltrataron al pequeño.

Agonizaba Yanko. En su agonía,
Febril y estertoroso, repetía:
"Madre la selva canta,
y canta el bosque y canta la llanura,
y el roble que a las nubes se levanta,
y la flor que se dobla en la espesura,
y las alondras al emprender el vuelo,
y las hierbas que bordan el barranco".
Y al expirar el niño, en noble anhelo,
Dijo: "¿Verdad, mamita, que en el cielo
Dios le dará un violín al pobre Yanko?

jueves, 24 de mayo de 2012

Fiel

Fiel


Autor: Guerra Junqueiro, poeta portugués.



En la luz de sus ojos tan lánguida y severa
había una manera
de disgusto repuesto;
era un perro ordinario, un perro can sin dueño,
que no tenía collar y no pagaba impuesto.
Avezado a los vientos y a las noches sin dueño,
recorría los viejos barrios de la miseria
en busca de comida;
y, al surgir de la luna la palidez etérea,
el pobre perro aullaba una canción funérea,
triste, con las tristezas oceánicas del mar.

Si la lluvia era grande y el frío era inclemente,
tendíase al cobijo de los grandes portales;
y, si le echaban de ellos, huía humildemente, 
resignados y mustios sus ojos virginales.
Parecía nostálgico de unos vagos cariños;
nunca ladró a los pobres de capas desgarradas,
y, como jamás hizo ningún daño a los niños,
le solían los niños perseguir a pedradas.

Una vez casualmente, un mísero pintor
bohemio y soñador,
se encontró por las calles al miserable can;
el artista era una alma heroica y desgraciada,
que habitaba una oscura buhardilla ignorada,
donde sobraba el genio, donde faltaba el pan.
Un alma que tenía el amor de la gloria,
el gran amor fatal,
que unas veces nos lleva, radiante a la victoria
y otras veces al cuarto sin luz de un hospital.

Y, al ver al magro aspecto del pobre can baldío,
le dijo:
-Tu destino casi es igual al mío:
yo soy, como tu eres, un proletario roto,
sin familia, sin madre, sin hogar, sin abrigo,
¡y quien sabe si en tí, mísero perro ignoto,
no acabo de encontrar a mi primer amigo!

Derramaba la luna su luminosa calma,
y del ínfimo can, el intenso mirar
daba a entender las ansias y la inquietud de un alma
que está encerrada y quiere volver a hablar....
Supo ver el artista, en los ojos de brasa,
el mutismo elocuente de un corazón humano;
y le dijo así:
_ Fiel, vámonos hacia casa,
que tu serás mi amigo, desde hoy, y yo tu hermano.

Y vivieron después los dos, buenos estoicos,
compañeros leales, puritanos heroicos,
partiendo por igual miserias y dolores.
Cuando el artista débil, exhausto y miserable,
sentía vacilar el genio inquebrantable
merced al cual avanzan los fuertes luchadores;
cuando creía a veces, que eras bienandanza
partir con una bala su última esperanza,
poner punto final a su destino odiado,
le decía su amigo de los ojos serenos:
-Yo sufro...y ya tu ves, la gente sufre menos
si alguien sufre a su lado.

Mas la fortuna, un día la odiosa millonaria,
llegándose al artista, le dijo, alegremente:
"¡Un genio como tú, viviendo como un paria,
arrastrado del hambre por la fría corriente!.....
Ya ha tiempo que este cambio lo tengo en la cabeza,
pero ¡Vives tan alto! lo digo con franqueza
¡Cuesta un esfuerzo grande subir a un quinto piso!
Ven conmigo; la gloria se te echará a los pies"...
Y así fué. Al otro día, las mejores Frinés
sus mejores caricias brindaron al pintor;
la gloria, deslumbrante, le iluminó la vida
con su bella alborada espléndida, nacida
de toques de clarín y alardes de tambor.

Era feliz:
su álano dormía, en su alfombra, a los pies de su lecho;
y todas las mañanas le besaba las mano,
gruñendo con un aire tranquilo y satisfecho,
Más ¡ay! el dueño, ingrato, desleal compañero,
sumergido en un mar de goces y delicias,
ya soportaba mal las festivas caricias
de su leal cerbero.
Y pasó el tiempo.....El can, esto es, el desdichado,
perdió la paz y el sueño,
viéndose muchas veces herido y castigado
por la simple razón de seguir a su dueño.
Enfermó...perdió el pelo, las fuerzas, la arrogancia...
Su dueño no podía verlo sin repugnancia,
y mandó que cerraran la puerta de su encierro.
El habitaba, entonces un frío cuarto oscuro,
y dándole a comer un hueso blanco y duro,
cuya carne arrancaron los dientes de otro perro.

Y era como un infame, miserable asesino,
condenado a la cárcel y a galeras después;
si gruñía, llorando su misero destino,
los lacayos brutales le daban puntapiés....
La lepra corrosiva se incrustó sobre el hambre....
y cuando al sol, ponía sus espaldas obscenas,
sobre todas las llagas se posaba el enjambre
de las moscas que viven chupando las gangrenas.

Hasta que un día, sintiéndose morir,
dijo:
"-No moriré sin verle; quiero ir 
a exhalar, a sus pies, el ultimo gemido"....
Y, arrastrándose los pies, exhausto y moribundo,
metiósele en el cuarto, lo mismo que un bandido.

Cuando el artista vió llegar al can inmundo,
gritó con violencia:
_¡Por aquí, todavía, se arrastra este animal!
Es preciso acabar con tanta impertinencia.
¡Está podrido y tiene llagas...y huele mal!
Le echó la mano al cuello muy cariñosamente,
y le dijo con el aire de un buen amigo:
_¡Pobrecito Fiel mío!...¡tan viejo y tan doliente!
ven que te acostaré; sal del cuarto conmigo.

Y salieron los dos: todo estaba desierto;
la noche era sombría, era enorme aquel huerto,
y el viejo can, andando del dueño en seguimiento,
vacilante, sombrío,
oía no muy lejos, como un presentimiento,
¡el hondo sollozar monótono del río!

¡Y comprendió, por fin! Acaban de llegar
al agua; y el pintor
agarrando una piedra se la ató al collar,
fríamente, cantando una canción de amor.

Y el can, sublime entonces, impasible y sereno,
clavaba sus pupilas en las tinieblas mudas,
con aquella amargura ideal del Nazareno,
recibiendo, en la faz, el ósculo de Judas.
Y pensaba...._"Es lo mismo....mi muerte va a ser cierta;
pero cumplir sus órdenes es mi único deber.....
él me abrió aquella tarde la piedad de su puerta;
moriré, si le doy, con mi muerte, placer."

Luego, súbitamente,
el artista arrojó el perro al agua brava:
y, al darle un puntapié, cayóle en la corriente
la gorra que llevaba....
Era un dulce recuerdo de una hora de locura,
la memoria de un rapto de placer, concedida
por la más caprichosa y gentil criatura
que él amó, como se ama solo un día en la vida.

Y volviendo a su casa, decía el hombre, airado:
"¡Por el maldito perro perder este tesoro!...
¡Cuánto mejor sería haberle envenenado!
¡Maldito sea el perro!....¡Daría montes de oro,
la riqueza, la gloria, la existencia, el futuro,
para volver a ver aquel precioso objeto,
dulce recordación de aquel amor tan puro!"
Y acostose nervioso, alucinado, inquieto.
No podía dormir.

Apenas nace el día_¡Extraño!_oye que dan,
en su puerta unos golpes....Se levanta y va a abrir;
y recula espantado. Es Fiel, el pobre can,
que retorna, anhelante, exánime, enarcado,
a gruñir y a exhalar el último estertor,
soltando de los dientes, al caer fulminado,
la gorra del pintor.

miércoles, 23 de mayo de 2012

poema

Lied

Autor: Rafael Alberto Arrieta

Eramos tres hermanas. Dijo una:
"Vendrá el Amor con la primera estrella"...
Vino la muerte y nos dejó sin ella.

Eramos dos hermanas. Me decía:
"Vendrá la muerte y quedarás tu sola"...
Pero llegó el amor y llevóla.

Yo clamaba, yo clamo: "Amor o muerte"
"Amor o muerte quiero"
y todavía espero.





jueves, 10 de mayo de 2012

Feliz Dia de la Madre






1. Mi mamá me enseñó a APRECIAR UN TRABAJO BIEN HECHO :
"Si se van a matar, háganlo afuera. Acabo de terminar de limpiar!!!"

2. Mi mamá me enseñó RELIGIÓN :
"Mejor reza para que salga la mancha de esta alfombra"

3. Mi mamá me enseño LÓGICA :
"Porque yo lo digo, por eso... y punto"

4. Mi mamá me enseño PREDICCIONES :
"Asegúrate de que estás usando ropa interior limpia y sin agujeros por si tienes un accidente"

5. Mi mamá me enseñó IRONÍA :
"Sigue llorando y yo te voy a dar una razón verdadera para que llores"

6. Mi mamá me enseñó a ser AHORRATIVO :
"Guarda las lágrimas para cuando yo me muera"

7. Mi mamá me enseñó ÓSMOSIS :
"Cierra la boca y come!"

8. Mi mamá me enseñó CONTORSIONISMO :
"Mira la mugre que tienes en la nuca"

9. Mi mamá me enseñó FUERZA DE VOLUNTAD :
"Te vas a quedar sentado hasta que termines la espinaca"

10. Mi mamá me enseñó METEOROLOGÍA :
"Parece que un huracán pasó por tu cuarto"

11. Mi mamá me enseñó PARADOJAS :
"Te dije un millón de veces que no seas exagerado"

12. Mi mamá me enseñó MODIFICACIONES DE PATRONES DE COMPORTAMIENTO:
"Deja de actuar como tu padre"

13. Mi mamá me enseñó ENVIDIA Y MATEMÁTICAS:
"Hay millones de chicos menos afortunados en este mundo que no todos tienen padres tan maravillosos como tu "

14. Mi mamá me enseñó habilidades como VENTRILOQUÍA:
"No me rezongues, cállate y contéstame: ¿Por qué lo hiciste?"

15. Mi mamá me enseñó técnicas de ODONTOLOGÍA:
"Me vuelves a contestar así y te voy a estampar los dientes en la pared”

16. Mi mamá me enseñó RECTITUD:
"Te voy a enderezar de una patada en el culo"

FELIZ DIA MAMI !!!!!


dedicado a mi madre con amor 







miércoles, 2 de mayo de 2012


AUTOR: AMADO NERVO
TITULO: LOS SOLDADITOS DE PLOMO



Los soldaditos de plomo,
en correcta formación,
con su general al frente,
su bandera y su tambor.


¡Adelante! hagan fuego,
la voz de un niño se escucho
¡Adelante hagan fuego,
pero ninguno se movió.



Pasaron raudos los años
y aquel niño fue mayor
el clarín sonó de veras
y a la guerra se marcho.



¡Adelante! hagan fuego,
el general ordeno,
¡Adelante!, hagan fuego
y se mataron hermanos
contra hermanos,
sin acordarse de Dios.



En el medio de la batalla
una plegaria se escucho
era la voz del soldado
que decía en su interior
soldados de carne y hueso
que no tienen corazón
en soldaditos de plomo
convierte los mi Señor.



una poesía q mi abuela trataba de enseñarme en mi infancia... aunque nunca pude aprenderla en todo